¡Es el momento de usar la imaginación!
¿Imagináis una boda en la cual el lugar de celebración, el vestido de la novia, la decoración, el catering, el momento cocktail, la selección musical, entre otros aspectos, sea organizado a caso?
¿Sin algún sentido?
¿Sin que podáis decidir ningún particular?
¿Sin conocer los gustos de los novios y de los participantes?
Ahora, por el contrario…
¿Imagináis una boda en la cuál, en vez de disfrutar ese momento único, tengáis que tener, en tiempo real, cada aspecto bajo control?
¿Que tengáis que levantaros e ir a controlar personalmente en la cocina la decoración de la sala, la preparación de los platos, el servicio de las mesas, la música y su volumen, la animación de los invitados, las fotos, los videos y cada detalle?
Son dos escenarios absolutamente de pesadilla y con muy poca posibilidad de ser recordados como gratos y especiales.